ELEGIMOS ANTES DE LLEGAR.

No vinimos a este mundo a improvisar. Cada alma llega con un propósito, un acuerdo silencioso y un plan trazado por su propia conciencia antes de nacer. No estamos aquí para decidir qué vida vivir, sino para recordar por qué elegimos vivirla.

Desde una mirada espiritual y cuántica, todo tiene sentido: elegimos nuestra familia, nuestros desafíos, nuestras pérdidas y también nuestros dones. Nada es casualidad. Todo forma parte de un entramado perfecto donde el alma busca expandirse y elevar su vibración.

La física cuántica nos enseña que somos los creadores de nuestra realidad, que los pensamientos, las emociones y la energía que emitimos moldean el universo que percibimos. Así, cada experiencia que vivimos es una manifestación de aquello que, en algún nivel más profundo, decidimos experimentar para crecer.

Somos soberanos cuando alineamos pensamiento, sentimiento y acción con esa fuerza superior —la energía de la luz, de Dios, del Amor Universal, según las creencias de cada uno—. En esa alineación se revela el verdadero poder creador: el poder de comprender el porqué de cada paso, de cada encuentro, de cada silencio.

Nada de lo que sucede es un error. Vinimos a entender, no a juzgar. A recordar que la elección fue nuestra, y que la vida es el escenario perfecto para el alma que quiere despertar.

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