Reflexión: Y si eres el Dios de tu propio milagro…
Hay un momento en el despertar interior en el que dejas de buscar afuera.
Dejas de pedir señales, de esperar salvaciones, de creer que la vida se mueve por fuerzas ajenas a ti.
Entonces ocurre algo sutil y poderoso:
reconoces la luz que vive en tu interior.
Y si eres tú el creador de tu propio milagro…
Si la fuerza que llamas Dios, Universo, Fuente, Luz o Amor
no está lejos, ni arriba, ni afuera,
sino dentro de tu pecho, latiendo con cada respiración.
La física cuántica nos recuerda que la realidad es maleable,
que la energía responde a la intención,
que el pensamiento, cuando se une al sentimiento,
se convierte en creación.
Lo que llamas milagro no es un suceso extraordinario.
El milagro eres tú cuando te alineas con tu verdad,
cuando eliges la luz incluso en la oscuridad,
cuando decides creer en lo que todavía no se ve,
pero sí se siente.
Ser el Dios de tu propio milagro no es arrogancia.
Es responsabilidad sagrada.
Es comprender que tu vida se mueve según lo que portas,
según lo que piensas, lo que deseas
y lo que estás dispuesto a sostener desde el alma.
Tú eres la chispa.
El canal.
El puente entre lo invisible y lo visible.
Y cuando te sabes creador,
la vida deja de ser una espera
y se convierte en una obra en movimiento.
✍️Elida Bentancor
Pensamientos Luminosos Blog