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jueves, 7 de agosto de 2014

EL VERDADERO MAESTRO

Un joven que buscaba un Maestro capaz de encauzarle por el camino de la santidad llegó a un ashram presidido por un guru que a pesar de gozar de una gran fama de santidad, era un farsante. Pero el alumno no lo sabía.
Antes de aceptarte como discípulo, dijo el guru, debo probar tu obediencia. Por este “ashram” fluye un río plagado de cocodrilos. Deseo que lo cruces a nado.
La fe del joven discípulo era tan grande que hizo exactamente lo que se le pedía: se dirigió al río y se introdujo en él gritando: Alabado sea el poder de mi guru, dijo el alumno y  ante el asombro del Maestro, el joven cruzó a nado hasta la otra orilla y regresó del mismo modo, sin sufrir el más mínimo daño.
Aquello convenció al guru de que era aún más santo de lo que había imaginado, de modo que decidió hacer a todos sus discípulos una demostración de su poder que acrecentara su fama de santidad. Se metió en el río gritando: «Alabado sea yo! ¡Alabado sea yo! y al instante llegaron los cocodrilos y lo devoraron.

AUTOR: ANONIMO

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