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domingo, 30 de marzo de 2014

EL NIÑO Y SU SOMBRA

El niño de un pueblito lejano en la campaña  tenía que ir a la escuela de un pueblo vecino, a una hora de camino a pie. Su madre lo llevó el primer día de clases y para llegar a tiempo salieron de su casa al amanecer.
Cuando habían recorrido apenas trecientos metros, el niño olvidó el propósito principal de aquella excursión y quedo abstraído ante su propia sombra, que hacía que el niño se sintiera un gigante de treinta metros de altura.
De pronto, la madre se detuvo y mirándole directamente a los ojos le dijo: No contemples tu sombra al amanecer hijo,  mírala sólo al mediodía.

FUENTE: ANÓNIMO

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